Cacería
Resumen
Cuesta abajo, por la loma solitaria, se desliza Stephanie sobre 75 centímetros de plywood y lija. A su paso, la fricción desaparece y el asfalto reluce. Sus movimientos felinos, sus rizos de amazona bajo el casco aerodinámico; su mirada de reina y sus trece años, doblan la esquina debajo del puente, custodiados por la mirada de un sol agonizante. Un neumático chamuscado atraviesa su camino; un salto en 360 grados y lo deja atrás. Incrementando su velocidad con el impulso de su pie, se prepara para su próximo reto: la baranda de una escalera. ¡Plank! Cruje la madera sobre el tubo metálico. Con la gracia de un equilibrista, inicia su acelerado descenso. Otro crujido rompe su concentración y termina de bruces en el suelo, tras dar una vuelta completa en el aire. Allí permanece unos minutos, noqueada por el susto y la vergüenza. No está sola en la plaza.