2 cuentos de María Teresa Azuara
Abstract
Entre las sombras de la vigilia, el crepúsculo sangraba el cielo. Escurría la sangre hacia el horizonte. Las gotas se desplomaban despacio sobre la infinitud de la línea imaginaria. Perturbado, traté de incorporarme, pero me detuvo una voz masculina, cercana, en el oído: tranquilo, me dijo, poniéndome una mano en el hombro. Una extraña serenidad se adueñó de mí; cerré los ojos abandonándome y extendí mis alas de águila. Su gran envergadura me llenó de orgullo y, sin vacilar, me lancé hacia la cordillera a una velocidad inimaginable.