Seis nuevos cuentistas panameños
Abstract
La enagua
Miró en el panorama un horizonte de nubes bajas. Un olor de tierra mojada se adelantaba al aguacero. Antes de buscar la ropa tendida, dejó en el barandal migajas de pan que luego comieron algunas palomas con plumas sucias que buscaban refugio. Bajó las escaleras sin prisa. Su descenso crujía en cada paso sobre los tablones jamás removidos desde su construcción, maderas firmes que habían cedido al sonido del tiempo, así como sus piernas se habían convertido en el más blando sostén de su cuerpo. Cuando llegó al último escalón, el temporal venía montado en una nube que parecía de hierro anunciándose con latigazos que podían escucharse hasta en las montañas más lejanas.
Miró en el panorama un horizonte de nubes bajas. Un olor de tierra mojada se adelantaba al aguacero. Antes de buscar la ropa tendida, dejó en el barandal migajas de pan que luego comieron algunas palomas con plumas sucias que buscaban refugio. Bajó las escaleras sin prisa. Su descenso crujía en cada paso sobre los tablones jamás removidos desde su construcción, maderas firmes que habían cedido al sonido del tiempo, así como sus piernas se habían convertido en el más blando sostén de su cuerpo. Cuando llegó al último escalón, el temporal venía montado en una nube que parecía de hierro anunciándose con latigazos que podían escucharse hasta en las montañas más lejanas.