Lucio
Resumen
El pobre muchacho se le perdió entre la multitud. Gabriel se dio la vuelta después de haber pasado la vergüenza más grande de su joven vida. Aquello había sido un golpe muy duro a su amor propio. Sin embargo, así como había perdido parte de su dignidad, se percató de que también había perdido el miedo. De modo que cuando descubrió, a unos metros de él, a la chica que había ocasionado todo, no lo pensó dos veces y se dispuso a ofrecerse como compañero de baile. Ella, momentos antes, había estado esperando que Gabriel se le acercara, pero justo antes de que pudiera hacerlo, un chiquillo se había interpuesto entre los dos, de modo que compren-día perfectamente cómo había ocurrido el confuso incidente. A raíz de eso, la simpatía que le inspiraba aquel muchacho que pasaba frente a su portal, dio un giro en dirección a la ternura.