Matanza
Abstract
Después de idearlo tanto y sin más remedio se decidió.
Los últimos días lo vi cadavérico y con ojeras diabólicas. No había comido ni dormido bien en semanas.
Llegó a no distinguir la noche del día. Se sintió perro vagabundo, también murciélago extraviado. Ante su reticencia, desistí de hacerlo caer en razón, aceptando colaborar en lo que tuvo como propósito, a fin de no abandonarlo y dar constancia de mi lealtad como amigo. Fui entonces, amanuense.
En realidad eran seis, pero al final resultaron siete.
Los últimos días lo vi cadavérico y con ojeras diabólicas. No había comido ni dormido bien en semanas.
Llegó a no distinguir la noche del día. Se sintió perro vagabundo, también murciélago extraviado. Ante su reticencia, desistí de hacerlo caer en razón, aceptando colaborar en lo que tuvo como propósito, a fin de no abandonarlo y dar constancia de mi lealtad como amigo. Fui entonces, amanuense.
En realidad eran seis, pero al final resultaron siete.