Recordando a mi amiga Tere Azuara
Abstract
Qué difícil escribir sobre alguien que ha partido inesperadamente, sin remedio; alguien singularmente especial en nuestras vidas. Alguien a quien uno no ha podido despedir porque poco tiempo antes todo en su vida, externamente al menos, parecía bastante normal, y simplemente no había motivo alguno para hacerlo. La reciente muerte en Querétaro, de María Teresa Azuara, poeta y cuentista mexicana radicada en esa hermosa ciudad, ha significa-do un fuerte golpe emocional en mi vida. Literalmente me movió el piso y sesgó mi cotidianidad. Aunque sólo nos frecuentábamos cuando yo viajaba a esa ciudad a visitar a mis hijas, a lo largo de casi 20 años aprendí a estimarla y respetarla muchísimo como persona y como escritora, pero también como directora de un taller literario al que siempre me invitaba para cederme su conducción por varios días o semanas, o para compartirla como colegas ante sus entusiastas alumnos.