Pequeña Venganza
Resumen
Sobre la cama matrimonial, Marta laboraba con paciencia. De vez en cuando, daba una mirada al espejo empotrado en la puerta abierta del closet. Muy dentro de ella, le parecía que la mujer en el espejo realizaba una tarea tonta: con la tijera horadaba la prenda de vestir que tenía entre sus manos. Era una represalia simplona y quizás cursi, pensó, pero era su venganza personal. Nada de insultar o hacer daños físicos. De seguro existían formas más terribles de castigo, pero ella era incapaz de grandes acciones. Eso era algo que su esposo le había reprochado en muchas ocasiones. Solía repetirle: “Piensa en grande, ambiciona en grande, y obtendrás mucho de la vida.”